Cuando fui a la consulta de David estaba preparado para sanar. Venía de un proceso de pérdida personal, de dolor emocional y con el cuerpo -el hombro-, somatizando aquel proceso y aquel dolor. Yo no tenía respuestas, porque las radiografías no revelaban nada, pero sí sabía algo, y era que la confianza es necesaria para avanzar, y la intuición. Cuando le tuve delante en su consulta no supe lo que iba a pasar, pero sí sentí que la persona que tenía delante me iba a ayudar. Y así fue.

Cuando pienso en él recuerdo una mirada a un tiempo templada, amigable e incisiva, una actitud feliz y serena, y recuerdo la intensa dedicación de sus manos, precisas como las de un cirujano, sensibles como las de un artista y cálidas como las de un buen amigo.

De sus muchos talentos destaco su afinada y experta capacidad de escucha, su vocación por la ayuda, y la efectiva aplicación de su preparación y sus capacidades, realmente notables. Porque su perspectiva es amplia, su tratamiento es profundo. Pero si escribo este comentario no lo hago para ayudar a David, algo que me encantaría, en realidad, lo hago para animar a las personas que lo lean a ayudarse, a través de su terapia.

Mi experiencia ha sido muy buena. David trabaja de forma diferente a lo habitual y logra que tu cuerpo se reinicie de nuevo fusionando la confianza y la esperanza. Lo recomiendo 100%.

David es mucho más que un Osteópata. A mí me sacó de una crisis profunda, debido a sus grandes conocimientos del funcionamiento integral de la persona, tanto a nivel físico, como psicológico y emocional. Una de las cosas que más admiro es su buen humor, que entre risas te ayuda a relativizar.

No puedo hablar de David sin que el corazón me dé un salto. Un salto de alegría, de esperanza, de agradecimiento, de fe. En sus manos he puesto lo que más quiero en este mundo y como si del Genio de Aladdin se tratara, ha hecho magia y ha cambiado nuestras vidas. Supongo que él diría que no ha hecho nada, que son “los de arriba”, el Universo, tú mismo, pero sin su apoyo y guía nada hubiera sido posible. Mil gracias mil veces.

Mi experiencia con la BioEscucha comienza desde el escepticismo. Cómo yo podría sentir eso, nunca estaría preparada. En el primer curso con David, al que acudí después de varios años de espera para que fuera el momento exacto, y con cierta reticencia, iba a ir con una amiga y al final no pudo venir y fui yo sola. No entendía nada. Pero en mi cuerpo iba notando cosas que nunca había sentido. El amor que se respiraba allí, la tranquilidad, la paz fueron brotando y me sentía en una casa en la que no había estado desde hacía tiempo. Las consecuencias fueron hasta físicas, mi cuerpo respondía a lo liberado en ese curso. Durante el segundo curso con David, ya sabía a lo que iba, se trabajaron otras cosas que volvieron a sanar mi cuerpo y a recolocarme. Con gente conocida y desconocida que se transformaba en familia. Con conexiones a miles de km de distancia. Yo me encuentro en casa cuando hago las formaciones con David y ese camino sólo ha comenzado.

Buscando respuestas para un cuerpo que se manifestaba insistentemente con dolor y gravedad apareció David presentando la Bioescucha. Su terapia fue acogida por mí con entusiasmo y confianza.

Y empezamos a desenredar el ovillo de las emociones y lo que llevan consigo. De manera sencilla, sin juicio ni dramatismo, incluso con toques de humor, consiguió disolver temas que me inquietaban, incluso sin yo saberlo. Así apareció el piano, que amargó mi adolescencia hasta el punto de romper total y radicalmente con él después de muchos años de estudio y renuncias. A pesar de llevar más de 40 años sin acercarme a un piano, hoy ha vuelto a formar parte de mi vida: lo he buscado, lo he elegido y lo disfruto.

David con su magia realista, sin trucos, ha hecho que cambien muchas cosas, aunque básicamente lo que ha cambiado es mi forma de mirar y vivir la vida, con ilusión y esperanza. Gracias David.

Gracias a David por su excelente trabajo, yo llegué hace unos meses a su consulta fatal por una artritis y a la vez emocionalmente mal por un fallecimiento, ahora gracias a él estoy mucho mejor de los dolores y emocionalmente me ha devuelto la vida, me ha quitado a la vez el bruxismo, lo recomiendo, un genial osteópata.

Llegué a David a través de una amiga, cuando buscaba cubrir el vacío de la pérdida de mi terapeuta, y me encontré con un Ser muy especial, un artesano de su trabajo, con el que conecté desde el primer momento, por su energía en las manos, gran escucha, cercanía, calidez y calidad humana, su gran sentido del humor, q quita hierro y relativiza, sin perder la firmeza.

Gran conocedor del Ser humano, guía con mano suave y palabras certeras, haciendo fácil la comprensión, desde lo más cotidiano a lo más profundo, a veces, con imágenes y símbolos.

Desde hace 6 años es mi terapeuta, 1° presencial y desde la pandemia por video llamada. Con él, no hay distancias para la energía. Hay una gran conexión y sus sesiones son una fiesta, las espero con alegría, sabiendo q me dará claves para resolver conflictos cotidianos y ancestrales.

Admiro su gran capacidad para equilibrar lo cotidiano y lo trascendente, es un mago. Confío plenamente en él, con su sabiduría, me hace llegar lo que necesito, en cada sesión. Mi agradecimiento de corazón.